La alegría y la tristeza nunca llegan solas. Amar la vida=amar al vulnerable

«Cada día nos tiene reservada una sorpresa. Pero únicamente si la esperamos seremos capaces de verla, oírla, sentirla, cuando se nos presente.

No tengamos miedo a recibir la sorpresa de cada día, ya llegue en forma de tristeza o de alegría. Ya sea pequeña y trivial, o significativa.

Se creará un nuevo espacio en el que podremos dar la bienvenida  a una nueva experiencia y celebrar de forma más plena nuestra humanidad compartida. «

 «La alegría y la tristeza nunca llegan solas. Cuando nuestros corazones se regocijan ante una vista espectacular al mismo tiempo podemos echar de menos a nuestros amigos que no están presentes en ese momento para disfrutarla. Y cuando nos embarga el dolor quizás podamos descubrir el valor de la verdadera amistad. La alegría está oculta en el dolor y el dolor en la alegría. Si tratamos de evitar a toda costa la tristeza puede que nunca experimentemos la alegría y, si desconfiamos del éxtasis, tampoco podrá alcanzarnos nunca la agonía. La alegría y el dolor son los padres de nuestro crecimiento espiritual.»

Henri Nouwen

» La vida es un bien precioso. No porque sea inmutable como un diamante, sino porque es vulnerable como una avecilla.  Amar la vida significa amar su vulnerabilidad, solicitando cuidado, atención, guía, apoyo. La vida y la muerte están unidas por la vulnerabilidad. El recién nacido y el anciano en su lecho de muerte, nos recuerdan lo preciosa que son nuestras vidas. En los momentos en que somos poderosos, tenemos éxito o gozamos de popularidad, no debemos olvidar que la vida es un bien precioso…y vulnerable.»

Henri Nouwen

Fuente: http://henrinouwenblog.blogspot.com.es/