Ese momento hizo que nos sintiéramos padres. Experiencia de los padres de Ángela

Damos las gracias a M.José por escribirnos y permitirnos publicar su experiencia.

Buenas tardes,

Mi nombre es María José y me imagino que como tantas otras personas os he conocido a través del artículo publicado en El Mundo hace algunos días. He pasado algún rato que otro en vuestra web y no he podido resistirme a escribiros.

El pasado mes de abril mi embarazo tuvo que interrumpirse en la semana 16. Ingrese con preclampsia y tanto el bebé como la placenta presentaban malformaciones que hacían imposible su desarrollo. No quiero detenerme en el diagnóstico porque en realidad no está muy claro lo que pasó exactamente, hay médicos que me han dicho literalmente que nunca lo sabremos, y sinceramente y aunque parezca raro no es algo que me inquiete…

Pero en lo que sí quiero detenerme un poquito más es en destacar el trato tan maravilloso que tuvimos tanto mi marido y yo como nuestro bebé, un trato que como decís en el artículo es tan importante, y que estoy segura de que en nuestro caso ha sido fundamental para afrontar aquellos días y todo que ha venido después.Mi experiencia en Londres (2)

Nosotros vivimos en Londres y es aquí donde ocurrió todo, soy consciente de que seguramente ya conozcáis cómo se tratan estos casos en UK pero no quería dejar de compartir mi experiencia. Aquí la figura de la matrona es fundamental durante el embarazo, ellas son quienes hacen el seguimiento de la mujer de principio a fin, y si el caso no lo requiere el médico no interviene de ninguna manera. Las matronas pueden especializarse a lo largo de su ejercicio profesional, hay matronas especializadas en mujeres con problemas mentales, en mujeres con problemas sociales, en mujeres con otras enfermedades como la diabetes o el sida, y también hay matronas especializadas en el duelo, las matronas de duelo o bereavement midwifes.

Mi matrona se llamaba Bernie, Bernie fue la primera persona que nos dijo claramente qué era lo que iba a pasar con nuestro bebé. Antes nos habían dicho cosas sí, cosas que hicieron que nos imagináramos cuál iba a ser el final, pero nadie nos lo dijo tan clara y sencillamente como ella. Y nos lo explicó sentada en mi cama del hospital, cogiéndome la mano y mirándome a los ojos… Y su explicación fue más allá… también me dijo que todo lo íbamos a hacer juntas, que yo iba a ser su prioridad y que no me iba a dejar sola.

Esas palabras significaron que Bernie nos traía el desayuno por la mañana, me tomaba la tensión, me daba las pastillas y cambiaba las sábanas de nuestra cama. Bernie nos explicaba todos los pasos, ahora te harán esto, esta prueba nos dirá lo otro, esto significa que… es verdad que los médicos también lo hacían, pero ella siempre se aseguraba de que lo habíamos entendido todo. Además, Bernie estuvo con nosotros alrededor de dos horas contándonos como sería el día en que daría a luz, fue un momento tremendamente intenso…

La primera parte fue en referencia a cómo sería el parto, tipos de anestesia, primero una pastilla vaginal, luego hasta 5 orales, etc. Hasta ahí todo lo que podíamos entender como “normal” para ese momento. Pero luego nos hizo una serie de preguntas que nos harían una vez que el bebé nacía, y nos lo tenía que detallar todo antes porque se necesitaba tiempo para pensar… ¿Queréis solicitar una bendición para el momento en el que nazca el bebé? Podía ser de cualquier religión. ¿Queréis ver al bebé? Aquí nos ofreció varias alternativas, podíamos verlo los dos o uno solo, podíamos pedirle que primero lo viera ella y nos explicara cómo era y en función de eso decidirlo, podíamos no querer saber absolutamente nada. ¿Queréis hacer una autopsia al bebé? En caso de que si, nos explicó que al terminar el cuerpo volvería al hospital. ¿Queréis recoger el cuerpo? En caso de que no, nos contó que una vez al mes el hospital hace un responso e incinera los cuerpos de los bebés ¿queréis que os avisen y asistir? Después sus cenizas serían depositadas en un lugar especial en el cementerio, un lugar donde están todos los bebés como el nuestro. Y este último procedimiento ocurre con todos los bebés, tanto si sus padres quieren verlos como si no, tanto si quieren asistir al responso y a la incineración como si no… porque todos son seres humanos… Al tener menos de 24 semanas de gestación no se puede hacer un registro oficial del bebé, pero en el hospital les hacen un certificado de nacimiento… Podéis aceptarlo o no pero ese certificado quedará aquí, porque es un bebé, una vida…

No hacía falta que contestáramos a ninguna pregunta en ese momento. Cuando terminó de explicarnos no sabíamos ni cómo empezar a pensar en todo lo que nos había contado… todo nos sobrepasaba y solo podíamos darle las gracias…

Al día siguiente Bernie trajo al mundo a nuestro bebé y lo recibió con un alegre welcome sweetheart! Se lo llevó, lo vistió y nos lo puso en los brazos… no era más grande que nuestras manos pero le había puesto una túnica blanca y un gorrito, le había envuelto en una toquilla blanca y puesto en un pequeño capazo, fue sencillamente indescriptible. Nos lo dejó y se fue.

Y al rato volvió para ver cómo estábamos y seguir controlándome, y nos dijo que podíamos volver a nuestra habitación la cual también es preciso detallar. En el hospital disponen de una habitación especial para estos casos, una con una cama de matrimonio y que aun teniendo todo lo necesario para una persona hospitalizada, está cuidadosamente decorada para que te sientas como en casa. Cuando nos llevaron allí después de la primera noche en el hospital nos dijeron que serían días duros y que necesitábamos sentirnos bien, a gusto. Otro detalle es que estando en la planta de maternidad la habitación se encontraba justo al otro lado de los paritorios.

Entonces nos trasladamos con el bebé y allí estuvimos toda la tarde, hubo un momento en que Bernie entró con unos papeles y una caja. En los papeles estaban los consentimientos de la autopsia, de nuestro deseo de que nos avisaran para el responso, etc., pero también su certificado de nacimiento y unas fotografías que ella misma había hecho. Y la caja… en la caja un trocito de la toquilla que envolvía a nuestro bebé, nos explicó que esa toquilla le mantendría siempre caliente, hasta el momento de su incineración… También una tarjetita con sus pequeñas huellas… creíamos que ya no podíamos sorprendernos más…

Mi experiencia en Londres (2)

 

Cuando Bernie vino a presentarnos a la matrona de la noche que cuidaría de mi le preguntamos cuándo se llevarían al bebé, ya había pasado todo el día y no entendíamos muy bien cómo sería el siguiente paso, su respuesta fue cuando vosotros queráis, es vuestro bebé. Y entonces nos despedimos y se lo entregamos. Le hicieron la autopsia y le llevaron de nuevo al hospital. A los pocos días nos llegó una carta informándonos del lugar y la fecha del responso y de la incineración, y allí estuvimos junto con otras familias como nosotros. Al terminar nos enseñaron el lugar donde depositarían las cenizas que por supuesto podríamos visitar siempre que quisiéramos.

Destacamos a Bernie porque fue primordial, pero cada matrona, cada médico… todos tuvieron una sensibilidad muy especial con nosotros. Todo fue sorprendente y maravilloso, en realidad no esperábamos nada ya que no hemos vivido de cerca ninguna situación parecida, pero de verdad que no podemos imaginar nada mejor. La dignidad con la que se trata al bebé, los gestos y detalles que demuestran que valoran su vida por corta que haya sido, el habernos sentido tan cuidados hasta en lo más insignificante… Hay diferentes asociaciones implicadas en este proceso, gracias a ellas existen las habitaciones como la nuestra, hay personas que tejen la ropita y las toquillas que se ponen a los bebés, las cajas, y por supuesto te ofrecen apoyo psicológico. Pero también hay un protocolo especial incorporado en el hospital que hace que sea una combinación perfecta.

Creo que no hay nadie a quien le hayamos contado que estuvimos con nuestro bebé que no se haya sorprendido, en realidad cuando nosotros nos encontramos en ese momento yo misma lo pensé cualquiera que nos vea…, pero al segundo dije me da tan igual…, sentía mucha paz, creo que es el adjetivo que resume cómo nos sentíamos en ese momento. Habíamos estado dos días asumiendo que esa era el plan de Dios para nuestro bebé, que su vida había sido corta pero que se llevaba y nos dejaba un amor muy grande, y que desde ese momento tendríamos un ángel en el cielo que nos cuidaría, por eso le pusimos el nombre de Ángela. Así que disfrutamos de esa experiencia sintiendo que era un auténtico regalo, y luego nos despedimos sin que supusiera nada traumático ya que también éramos conscientes de que nuestra nena ya estaba en el cielo. Ese momento hizo que nos sintiéramos padres.

Acabo ya que siento que finalmente me alargué demasiado… sólo quería felicitar vuestra labor, trasladaros mi alegría de saber que hay gente que trabaja para que otras familias que tengan que pasar por lo mismo que nosotros encuentren el mismo apoyo, y también para contaros mi experiencia aquí en Londres que creo que ha tenido muchos detalles importantes que se pueden tener en cuenta.

Nuestra labor empieza por hablar con naturalidad de nuestra experiencia de principio a fin, de no esconder o evitar hablar de que hemos sido padres, ni que hemos sufrido y sufrimos pero que no queremos olvidar ninguno de los momentos vividos, decir que sí, tuvimos la inmensa suerte de poder tener a nuestra hija en los brazos y que ahora a veces vamos al cementerio a dejar flores en el lugar donde están sus cenizas… esa es nuestra realidad.

Ni que decir tiene que cualquier cosa que necesitéis de nosotros no tenéis más que pedirlo.

Muchas gracias.

Un abrazo,

María José